Corri la silla, el me miraba desde la puerta, sonriendome deseoso, me sente me acomodé la pollera, con mis dos manos corri mi pelo para atras el seguía clavandome sus ojos directamente en todo mi cuerpo
-¿Como estas?- le preguntó y el bajo su sonrisa para abajo
-Muy bien- dijo y levanto su mirada a mis ojos, seguía sonriendo...
-Te pasa algo?- le pregunto mientras sacaba los cuchillos de la servilleta color crema, "no lo digas" pense de inmediato
-Estas hermosa como siempre...- me dijo... y lo dijo... yo le sonrei y se que con un poco de asco, y mire para abajo, el nego con su cabeza, y llamo al mozo con un gesto de sutil de su mano, yo me sentí retraida, confusa, el mozo se acerco despacio, el mozo de siempre, vestido como siempre, con el vino de siempre, lo asento y luego nos pregunto
-¿Que les apetece cenar esta noche?- Nicolas me miro, yo mire al mozo
-Langosta al verdeo, y alguna ensalada con esparragos que no tenga zanahoria- le dije, el me sonrio, y lo miro a el, el que siempre hablaba tan justo, se mova tan justo, todos los movimientos, que hacia me daban una sensacion de calor por toda mi piel
-Esta noche voy a probar alguna carne blanca, al vino blanco... tendran una salsa fuerte para acompañarla?- pregunto, su voz salia suave y firme, no podía dejar de mirarlo
-Tenemos justo lo que usted esta pidiendo, carne de cerdo, cocinado al vino blanco con una salsa de cebollas, ajo, y especias, que a su vez la suavician a su punto justo
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